El área destinada a cultivo de maní viene creciendo en Tucumán durante los últimos años, con interesantes perspectivas comercial y productiva. La superficie sembrada se acercó a las 3.000 hectáreas en la campaña 2023-2024; en especial, en el sur de la provincia.
La nutrición foliar con diferentes elementos probó ser una forma rápida para solucionar deficiencias de nutrientes y acelerar la eficiencia metabólica de las plantas en determinadas etapas fisiológicas. El desarrollo tecnológico actual en los tipos de formulación de uso foliar permite que los elementos sean químicamente compatibles con los pesticidas, ahorrando costos de aplicación y mano de obra.
Con esta propuesta, técnicos del grupo de Recursos Naturales de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Famaillá, la Agencia de Extensión Rural (AER) de Aguilares y la Delegación de Extensión Rural (DER) de La Cocha del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) iniciaron ensayos para mejorar la oferta de nutrientes en el maní con el empleo de productos de aplicación foliar.
El ensayo se llevó adelante en la localidad de Graneros. El lote se sembró el 15 de diciembre, con la variedad Granoleico. La fecha de emergencia media se consideró a partir del 21 de diciembre, con más del 80% de las plantas emergidas. Los tratamientos tuvieron una aplicación secuenciada o simultanea de los productos, en distintas etapas del cultivo, cubriendo la fase vegetativa y reproductiva.
De acuerdo a los resultados obtenidos, los productos y tratamientos que mejor respondieron en la fase vegetativa contienen macronutrientes en su formulación; en especial, fósforo en forma de rápida asimilación, utilizado como arrancador; también formulados con cobalto y molibdeno, en aplicaciones a los 15 DDE. En relación al testigo sin aplicación, el rendimiento se incrementó en un 24%.
Por otra parte, los productos y tratamientos de mejor respuesta en las fases de formación y, especialmente, llenado de cajas se relacionaron con la aplicación de fosfitos de calcio y de potasio. Las aplicaciones se realizaron a los 68 DDE, encontrándose casi un 15% más de producción de cajas y granos sobre el testigo sin aplicación.
Repetir el ensayo
“Para la próxima campaña, y a los fines de lograr información más consistente para emitir recomendaciones, consideramos oportuno repetir el ensayo con diseño en macroparcelas, considerando solo los tratamientos y productos combinados de mejor respuesta. También, ajustar algunas variaciones de dosis, con tratamientos aplicados tanto en las fases vegetativas como en la de definición del rendimiento”, explicó Roberto Sopena, del INTA.
El investigador destacó la articulación público-privada que posibilitó este trabajo, en tanto los fondos y recursos para el ensayo fueron aportados por el Proyecto Regional I059 “Innovación tecnológica, social y ambiental de los sistemas productivos agrícolas de la región” del INTA.